Capítulo 9

—Intentalo, Draco. Mueres por ella pero te mantienes exageradamente lejos.

—Me importa una mierda como pienses ahora, Blaise. Aunque para otros ha cambiado todo, para nosotros la situación no lo ha hecho. La pondría en un grave peligro—murmuró arrugando la nariz como si oliera a un cadáver en descomposición no muy lejos de donde estaban.

—Como siempre subestimando a Hermione "la muy ratona" Granger, no lo hagas hermano, ella no es una gatita en peligro. Te sorprendería.—no era algo que no supiera, en aquella estúpida y muy innecesaria guerra, Hermione había demostrado su talento, fuerza y valentía. Era una Bruja talentosa y no había necesitado ser sangre pura para dejarlo en claro. Todo era auténtico, su magia, sus sonrisas, el aroma a Canela que desprendía su cabello, ahora completamente domado, al parecer suave.

Suspiró, de repente comenzó a sentir su corazón un tanto oprimido. No la merecía y aunque demostrara que no se esforzaba en lo  absoluto por ella, estaba desesperado por estar a su lado, sentir su presencia de una forma que encendía todo minúsculo microorganismo de su cuerpo. La muchacha siempre lograba sacarlo del hilo de su normalidad.

—Lo sé...

—Eres un idiota, comprendo que lo seas, eres un Malfoy—Draco le envió dagas con la mirada, sin embargo Blaise sonrió con burla—pero si fuera yo, no dejaría de perder el tiempo ¿imaginas que alguien guapo y con más clase llegara a su vida?—comenzó a alejarse tomando el último sorbo de champaña y dejándolo en una bandeja de un mesero que pasaba por allí en ese instante—yo que tú me cuidaría —comentó con ironía caminando claramente hacia Hermione, que intercambiaba ideas con nada menos que Theo Nott.

El rubio iba a seguirlo cuando sintió que una mano lo detenía, incluso si no se hubiera puesto ese perfume, habría reconocido a Astoria de todas formas. Se giró, dejando escapar un suspiro frustrado y la miró a los ojos. Era pequeña, pero en su mirada le hacía entender lo peligrosa que era en verdad.

—¿Por qué ella?

—¿No te cansas? creo habértelo dejado muy claro, no pienso volver a gastar energías en ti. Alejate de mí, de mi vida y si puedes, de Granger—se soltó de las garras de la señora Nott y se perdió entre la multitud. La muchacha frunció los labios con desagrado y apretó sus puños. Definitivamente no se quedaría con los brazos cruzados.

-

Hermione rodó los ojos mientras el moreno no dejaba de halagarla, pero a pesar de que intentaba de todas las formas posibles despistarla sabía que algo estaba tramando. Aquella invitación a una pieza de baile era una prueba furtiva.

—Entonces, ¿has averiguado algo?

—Granger, disfruta del baile. No seas aburrida.

—El caso tiene vencimiento, Blaise. Si no logramos concretarlo...

—Lo haremos.—aseguró, pero Hermione no estuvo contenta con ello. Sin embargo, no alcanzó a abrir la boca cuando tuvieron que separarse. Benditos pasos de baile. Cuando giró hacia la persona que le había tocado quedó momentáneamente estática.

—¿Me permites esta pieza?—Draco tenía su mirada en sus rojos labios. No había nada más que deseara que probarlos. Pero aquello, incluso pensarlo, era apresurado. Aunque no podía descartar lo bien que se sentía estar cerca, muy cerca de ella.

—Si tu también me lo permites.

—sólo escuché el si, Granger—Hermione rió suavecito y con delicadeza colocó una de sus manos en el hombro de él, mientras que el rubio se deleitó con sentir la tibieza de su cintura. Bailaría con ella, aquello ni siquiera lograba hacerle entender lo revolucionario que sería para muchos, pero en ese instante, sólo existían ambos, ella y él, sólo los dos.

-

Dos hermosos días habían pasado, cuarenta y ocho horas que había disfrutado al máximo. No había visto a Malfoy desde la fiesta y de alguna manera, eso sin duda le había aliviado. Comenzaba a convertirse en alguien completamente torpe cuando estaba a su lado y sentir cosas que veía más que apresurado. A parte ¡se trataba de Malfoy, Merlín Santo!

La castaña dio un pequeño bostezo mientras se agachaba con pereza para levantar el diario El Profeta que la lechuza había dejado caer sin cuidado, apenas había ingresado.

—Toma amiguito, gracias—le dejó un galeón en su bolsita y partió. Hermione no esperaba que nada anormal sucediera ese día, todo parecía ir tal a como acostumbraba. Es por eso que se sentó en la punta de su mesa con tranquilidad, tomó su taza de café y le dio un pequeño sorbo que lamentablemente, segundos después, escupió.—Merlín, esto no está pasando.

"Rita lo hace otra vez.

Granger ¿una caza fortunas patentada?

Se escuchó hace tiempo sobre las andanzas de nuestra- bueno, no mía-, Hermione Granger, hasta entonces la bruja más talentosa del Mundo Mágico, detrás de los magos más guapos. Empezando su larga lista por Harry Potter, Víctor Krum, Cormac McLaggen, su pelirrojo amigo Ronald Weasley y se cree que también con el famoso Magitecto Von Barden, pero con esto nadie se había conmocionado tanto como ahora con su última conquista.

Sí mis queridas, Hermione Granger lo ha hecho de nuevo y esta vez con nada menos que con el mismísimo, el inigualable, el hermoso y guapo, Draco Lucius Malfoy.

El día de ayer en la elegante fiesta de aniversario de la joven pareja de recién casados, los Nott,  se ha confirmado todas mis sospechas. La ex Gryffindor se ha salido nuevamente con la suya, llevándose entre sus garras al soltero más codiciado, ahora ya caído, ¿Por qué nos haces esto?

Un minuto de silencio por esto.

Sólo debo agregar que sus artimañas crece cada día más y más, cuidemos a nuestros hombres muchachas, una leona está al acecho.

Con amor, su servidora, Rita Skeeter."

—¡Maldita víbora hija de Umbridge!—exclamó arrugando con fuerzas el ejemplar de El Profeta.

-

El rubio sonrió con diversión al verla entrar ese día. No tenía que ser Trelawney para saber que había leído lo de Rita y que además, todo le había caído de la patada, con deseos de mutilar y usar los imperdonables a la vez en una sola persona.

—¿Lo leíste?—preguntó ella sin siquiera darle su saludo habitual.

—Cada minúscula palabra.

—La odio.

—y ella a ti, sin duda, Leona al acecho—la castaña hizo un mohín con la boca, de la más pura molestia y antes de que se desatara el infierno, se aclaró la garganta —Aunque, necesito ser sincero.

—¿a sí, y desde cuándo?

—Desde que entraste por primera vez por esa puerta—se colocó de pie y caminó sereno hacia ella. Se lo había planteado toda la noche anterior para tomar el maldito valor de hacer lo que sin dudarlo sería una magnífica locura. Pero valdría la pena, claro que sí—Rita tiene razón, si he caído. No sé de qué artimañas hablaba, estoy convencido de que si estoy hechizado es nada más que por ser sólo tú—pasó su mano derecha por el cuello con cierta incomodidad—, demonios, esto es lo más ridículo que he dicho en mi vida y sé que no lo volveré a decir, así que escucha con atención cada palabra que diré. Granger, ¿puedo besarte?

~•~


Bueno, primero que nada debo agradecerles enormemente por todo, por las visitas, por leer, por votar, por poner este fic- en sus listas de lecturas. Por, definitivamente, todo, todo. ¡Esto ha crecido sólo gracias a ustedes!


Y segundo, aquí les traje un nuevo capítulo, espero que les guste;  en lo particular éste me llevó más tiempo en escribir, necesitaba algo concreto y no sé realmente si lo conseguí, pero me ha gustado y espero de corazón que a ustedes también. Y disculpen si encuentran algún error por allí, me lo hacen saber ¿sí? 😘


Y por último, debo confesarles que según como vaya esto, le queda quizás sólo unos tres capítulos para terminar T.T intentaré hacerlos más largos porque no deseo que se me escape nada.


Con cariño


Paulitah07




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