Mi Amiga es una Mortifaga

Capítulo 9-La Profecía de Jane.


Dio un bostezo, refregándose los ojos camino a Transformaciones, llevaba mal abotonada la camisa y la mochila torcida. Algunos alumnos de otras casas la saludaron y como si estuviera bajo un Imperius saludó de manera ausente. Si antes habían conocido a Jane Perkis, ahora podían alardear más. Primer año había terminado sin ninguna lesión a pesar de que el profesor de DCAO misteriosamente había dejado su puesto al regresar luego de las fiestas. Algunos niños que se habían quedado, mencionaron que simplemente de un día para el otro había desaparecido. Dumbledore no había dado indicios del porqué y simplemente buscó un reemplazo de último momento, un hombre que luego de terminar el año tampoco lo volvieron a ver. Segundo año había sido diferente, agitado, sorprendente. Jane se convirtió en cazadora el mismo año en que su hermano fue trasladado a Francia, fue con Albert a un partido de Quidditch.  Y las navidades, por petición de su padre, las pasó en Hogwarts con Susan; su amistad se hizo más sólida y estrecha, a pesar de que esta era prácticamente todo un secreto. Desde entonces se podía decir que llevaba una vida amenamente normal, con las obligaciones de siempre. 

Dejó caer los libros sobre la mesa y se sentó estrepitosamente en la silla. Clara rió suavecito mirando a la despeinada y algo perdida Jane Perkis. Tercer año empezaba, entre tropezones, sucesos extraños y misterios, nada fuera de lo normal para ser lo que eran. 

-Te ves horrible-Jane apoyó su cabeza sobre la mesa, cerró sus ojos y Harper creyó escuchar un ronquido.

-Mmm-la rubia rodó los ojos y levantó la mirada. McGonagall había entrado minutos después que la Hufflepuff explicando como siempre lo hacía, su mano automáticamente comenzó a escribir sobre el pergamino. No podía evitarlo, después de todo no había quedado en Ravenclaw por nada.

-¿Señorita Perkis, podría por favor dejar de babear el cubículo? -Jane se levantó de un salto-Gracias, mucho mejor.-pequeñas risitas se levantaron por el salón. La extraña muchacha que formaba parte de los tejones, era la atracción del momento. Se había convertido en una Cazadora muy excelente y era la promesa de Las Arpías de Holyhead, o bueno, era sólo un rumor que comenzó a expandirse como un virus y ella lo sabía. Y McGonagall lamentablemente también.-Como les decía, Animagos-las letras comenzaron a escribirse en el pizarrón mientras ella hablaba.

~*~

-Fue muy fácil, McGonagall exagera.

-Ella no parece pensar igual que tú, Harper-Jane apuntó a una niña rubia sin cejas-se parece a ti jugando Snap explosivo-Clara la miró mal mientras Jane se reía, después de todo era el único recuerdo bueno de la fiesta de compromiso de su hermano.

-Y esto es la foca mágica paseando por los pasillos de Hogwarts-Ambas se giraron para quedar frente a frente con nada menos que Draco Malfoy y su grupito de raros riendo con poca gracia. Trece años y seguía siendo un idiota.

-Vaya, vaya, vaya-Jane se apoyó en el hombro de Clara que se cruzó de brazos, las dos compartiendo una sonrisa arrogante sin siquiera amedrentarse por los dos trolls detrás del rubio.-Draco Malfoy, ¿todavía te limpian los mocos?

-Al menos a mí me tienen en cuenta, pequeña imitación de bruja.

-¿Estuviste ensayando para este momento, lagartija?-le siguió Clara. Susan iba girando en el pasillo cuando se encontró con el ajetreo, se iba a ir o esperar detrás del muro pero Jane la vió y le saludó con efusividad, típico. Ahora tenía todas las miradas encima de ella. Perfecto, se dijo con pesar acercándose con lentitud.

-¡Susy, que alegría verte por aquí, compañera, amiga de travesuras!-Draco y su séquito de idiotas la observaron como si de repente se hubiera convertido en mierda viviente de dos patas. Y Perkis lo notó, lo supo a través de sus ojos pícaros. ¿Cómo no ver nada en ellos?

-No me sorprende-susurró Parkinson con mofa-Wile, amiga de dos cualquieras.-Clara sostuvo del brazo a la castaña quién de repente se le quitó la modorra.

-Como quisieras estar en su lugar, pero tranquila casquito, hay lugar en este club. Para ti también, Malfoy-el rubio rodó los ojos y pasó sus manos por arrugas inexistentes de su capa. Formando su famoso gesto de asco.

-Todos saben que estar contigo es más una desventaja que una estúpida ventaja.-Perkis frunció levemente el ceño, algo oculto había entre sus palabras-vámonos, no perdamos el tiempo.

-Admito que tienes razón-Clara tiró del brazo de Jane para que la siguiera.

-Te estoy mirando-murmuró rosando sus párpados con sus dos dedos. Los demás Slytherin se adentraron a la clase de transformación dejándolas solas con Susan que estaba detrás.-Lo lamento.-se disculpó, quizás no lo sentía, pero tenía la decencia de decírselo.

-Da igual.

-¿A qué se refería la bruja enana con "no me sorprende"?-preguntó Clara antes de seguir arrastrando a la pequeña Hufflepuff del pasillo. Su mano no se despegaba de su brazo.

-Mi padre le quitó el empleo al suyo en el Ministerio hace dos meses. Los Wile son ahora la mejor opción.

-¡See, así se hace!.

-No es para celebrar, Jane-se rascó el puente de la nariz-es muy malo, demasiado-susurró con cansancio-debes tener cuidado.

-¿Cuidado?

-Promete que lo tendrás-murmuró pasando por su lado metiéndose al salón con pacirmonía. Antes de que ella comenzara a decir alguna otra estupidez. Clara y Jane se miraron y se encogieron de hombros, Susan siempre había demostrado ser misteriosa, demasiado sutil, demasiado "serpiente".

-Por cierto,-su voz hizo eco en el vacío del pasillo- ¿me pasas los apuntes?-Clara soltó un suspiro y murmuró un "no cambias" tirando de ella.-sé que me amas así.

-Eres desesperante, Griselda.

-Que cruel eres con tu amiga, Brigete.  

~*~

La sala común estaba vacía, muchos de los tejones debían estar en alguna clase, afuera o tomando una siesta. Jane quería eso último, anhelaba realmente tomarse una siesta, pero tenía un entrenamiento a las cinco y DCAO a la siete, lo bueno de eso último era el profesor, Sirius Black. ¿Algo podía ser mejor? por supuesto que no. No había un prefesor mejor que él y su humor incondicional; buscó en su baúl con urgencia su escoba, estaba ya vestida y necesitaba lo más importante, pero accidentalmente se encontró con las fotos de la boda de su hermano, hacía un año que no lo veía. Suspiró y se sentó en el suelo mirando las fotos mágicas moverse, su propia versión de los acontecimientos. Lyla la bruja con una sonrisa radiante y su hermano con un intento de mueca feliz cubiertos de glaseado rosa. 

-Sonríe Jack o tírate un gas, no es gran diferencia-Jack le frunció el ceño pero terminó por sonreír. Realmente lo había hecho. El pastel había explotado estrepitosamente sobre todo los invitados, el cabello de la Tía Mel había quedado misteriosamente de una rosa chillón y Clara había quedado calva; la señora Harper había pegado el grito en cielo. ¿Quién no podría recordar algo como eso sin sonreír? quizás su abuela Clarise Rowle, era la aburrida excepción. Estaba seguro que todo lo que había sucedido durante su boda jamás lo olvidaría y todo era gracias a unas misteriosas muchachitas.-¡Perfecto, Banshee!

Jane negó con la cabeza, agarró otra foto en la que Susan y Clara aparecían cada una a su lado, la rubia sacaba la lengua mientras ella le sacaba cuernitos a Susan. Llevaban un horrendo vestido rosa acampanado con un lazo blanco atado en la cintura y unos zapatos de hebilla negros. Lyla las había obligado a ponerse el disfraz dado que curiosamete eran las únicas niñas más cercana a la familia para llevar los anillos, el velo y la cola del vestido. Demasiado muggle, pensó pasando a otra en la que salían sus padres, Jack y ella, la última foto familiar. Demasiado sonrientes y felices para notar desperfectos. Tomó la última que tenía, ella aparecía sobre la espalda de Joseph, su primo. Cabello negro, ojos obscuros, sonrisa pícara marca Perkis. Él fue una pieza importante para la explosión del pastel principal, un lujo, se dijo. Su madre lo había mirado mal toda la ceremonia, vigilándolo, torturándolo con su mirada pero él ni siquiera se había mosqueado, estaba acostumbrado a lidiar con brujas.

-¿Jane?-unos golpes en la puerta la sacó de sus recuerdos y se puso de pie con la escoba en mano. Al abrir la puerta se encontró con Albert, prefecto y capitán del equipo de Quidditch de Hufllepuff, con privilegios. Y remotamente más guapo de lo que recordaba, pero odiaba admitirlo-Al fin, ya casi son las cinco.

-Disculpa, estaba buscando mi...bota.

-No eres una gran mentirosa-bromeó el muchacho de quinto que estaba tranquilamente apoyado en el umbral de la puerta.

-¿No se hacía tarde?-Albert rió por lo bajo sin moverse de la puerta-¿qué?

-Soy el capitán y si es necesario yo puedo llegar tarde.

-¿Cúal es tu precio Green?

-Hosmegade, el sábado, tú y yo-suspiró y lo miró de arriba abajo. Chasqueó la lengua y volvió a suspirar.

-Bueno, peor es nada.-lo empujó con la mano y pasó por su lado.

-Muy graciosa, Perkis.

-Me canso, Green, quiero entrenar y tomar una siesta-comentó mientras salía del túnel de las habitaciones de la niñas-ojalá pudiera hacer las dos cosas a la vez.

Llegaron al campo de Quidditch cinco minutos tarde, sin embargo nadie mencionó nada. Primero, eran Hufflepuff y segundo ellos no habían llegado puntualmente para exigir. Jane se colocó en su posición junto a su compañera de habitación y miró a Albert con el ceño levemente arrugado.

-Bien hoy vamos a probar rapidez, el sábado tenemos a Gryffindor de contrincante y si algo sabemos es que ellos saben usar la velocidad a su favor. Armaremos dos grupos-Jane se rehusó estar en el msimo equipo que Albert por lo tanto trabajó de capitana del otro, tenía rapidez, velocidad era estratega pero un error y quedabas inconsciente por una golpeadora de brazos fuertes y una Bludger loca.

-Ay no.-una chica de cabello azul miró hacia abajo, viendo con horror como Perkis caía hacia el suelo.

-¡Jane!-Albert se afianzó a su escoaba y voló en picada.-te tengo-murmuró bajó con suavidad y depositó a la castaña con delicadeza en el suelo, apoyó su oreja sobre su pecho, escuchó un silbido y miró mal hacia uno de sus amigos.-respira.

-Gracias a Merlín, creo que será mejor que la lleves a la enfermería-le aconsejó Ronda de rodillas junto a él. Éste asintió, la tomó en brazos y la miró.

-Quedas a cargo, no podemos dejar de entrenar.

-Está bien, si despierta avísame-Albert salió con Jane en brazos mientras el equipo volvía al aire. El pelinegro caminó por el corredor con premura, bajo la atenta mirada de un entrometido rubio.

~*~

Jane miró a su padre, miraba al frente con un gesto serio y frío, quiso tocarlo pero su mano lo atravesó ¿Qué pasaba? no se lo explicaba. Robert Perkis tenía su varita en su mano. Ella podía asegurar que muy pocas veces lo había visto usarla y parecía saber muy bien como hacerlo. Junto a él había un hombre, James Potter, ojos marrones, gafas redondas, cabello desordenado y su esposa Lily, pelirroja, ojos verdes y amables, los había visto una o dos veces junto a su hijo esperando el expreso rumbo a Hogwarts. Sin embargo, su padre parecía conocerlos de toda la vida.

Estaban todos mirando a una sola dirección, expectantes de algo que Jane no entendía. Hasta que lo escuchó.

-Aurores-una voz siniestra le erizó el vello de la nuca, sintió un miedo que no lo había sentido nunca-que placer.-añadió con ironía.

-¡Expelliarmus!-gritó Robert sin siquiera esperar una señal y un chorro de luz roja fue la inmediata respuesta, que esquivó con maestría.-¡Busquen a Canuto!-exclamó, mientras atacaba como un gran duelista. 

-¿Canuto?-se preguntó con el corazón latiéndole con rapidez. Ya había escuchado ese nombre, esa noche en el despacho de su padre, allí lo había oído. Por instinto había sacado su varita al ver rayos verdes y azules de todas partes.

-¡No podrás sólo!-reclamó James atacando un grupo de hombres encapuchados que aparecieron de repente.

-¡Sólo vayan, de inmediato!-Lily tiró de la mano de James y se adentraron por una puerta. La pelirroja miró atrás antes de cerrarla por completo "Están en el ministerio" se dijo mentalmente. Robert miró hacia adelante, preparado para lo que sea, una expresión que a Jane no le gustó. Un hechizo fue repelido por un "protego" no verbal, sin embargo no fue lo suficientemente rápido para repeler el de atrás.

-¡Papá! ¡No, papá!
 
~*~

Albert miró hacia Jane, Pomfrey había ido por una poción para quitar el dolor de cabeza para evitar una terrible jaqueca. Ésta había comenzado a moverse, por un momento pensó que despertaría, pero luego notó que sus párpados estaban cerrados a su límite, sus manos estaban estrujando las sábanas mientras daba patadas a la nada. De repente comenzó a hablar, era tan escalofriante que lo único que se le vino a la cabeza fue que estaba poseída.

-¿Jane?-su voz había sonado temblorosa.-¡Señora Pomfrey, tiene que venir!

-¿Qué pasa? ¿Qué está sucediendo?-preguntó la enfermera corriendo hacia la camilla donde estaba la Hufflepuff en estado agonizante hablando aún con un extraño acento, que Pomfrey por un momento pensó realmente que se trataba de Trelawney.

-¡Él atacará esta noche, y aquellos que se le enfrenten acariciarán la Muerte!-los únicos presentes se miraron con cierto temor pintado en sus rostros.

-Señor Green, será mejor que vaya por Dumbledore en este mismo instante, intente mantener esto en secreto si alguien se le cruza en su camino-Albert asintió, le dio una última mirada acongojada a Jane y salió de allí lo más de prisa que pudo.-Todo estará bien, todo estará bien-acarició la cabeza de Jane con suavidad, ésta había comenzado a relajarse, a dejar de temblar, pero sus ojos estaban llenos de lágrimas.

-Poppy-ésta se giró para ver la majestuosa silueta de Dumbledore, su blanca barba, sus ojos azules y esos entrañables anteojos en forma de media luna. Se acercó a ella con ese aire de misterio y su indudable paciencia. Jamás, después de todos esos años conociéndolo, supo que pasaba por su cabeza, que pensaba, porqué hacía las cosas de esa manera.

-Su nombre es Jane Perkis-éste asintió y ella estaba segura que ya lo sabía, pero había sido amable en no interrumpirle-y acaba de hacer una profecía, profesor.




¡Hola mi querido "Mi Mundo"! primero que nada quería mencionarles que me he olvidado de ponerlo en los demás capítulos pero se sabe, obviamente, que ningún escenario, personaje o hechizo, excepto claro los de mi propia invención, me pertenecen sino a la Reina, JK Rowling. Quiero evitarme futuros problemas. Y segundo, quería agradecerles por los +12 en el blog y los +1 en cada uno de mis fics subidos aquí en el mismo, realmente lo aprecio <3. (Por cierto, la de la foto es Susan Wile)

¡Sin más, espero que les guste este Cap!

¡Una Nueva Sección se avecina para el Blogg!

 ¡ASÍ ES! Una Nueva Sección se Avecina para el Blogg, ¿de qué se trata? Bueno, si eso es lo que quieren saber, entonces les presento la súpe...