El Fabricante

¿Condenados? ¿Era el precio del pecado? Muchos se lo preguntaban, al menos los que se atrevían a pensar a pesar de todo lo sucedido. No había forma de entenderlo, ni siquiera los más expertos lo habían logrado y eso sólo nos dejaba simplemente con la imagen del fatídico día.

Era 13 de noviembre del 2004, cuando se vieron los primeros indicios. El mundo se encontraba en su más plena normalidad si es que en realidad se le podía llamar así. Después de todo las guerras, el hambre, las enfermedades y todo aquello en la categoría de lo malo, ya existía y convivía junto a nosotros constantemente.

Pero ese día, particularmente, había sido diferente. Más de lo que en realidad nos hubiéramos imaginado. 

Las muertes extrañas siempre fueron noticia, pero como todas ellas se olvidaron en un par de días. Pero fueron señales que se ignoraron, quizás con razones justificables.

¿Culpables? De la mayor parte de los desastres. ¿Arrepentidos? Muy pocos. 

Esa fue la primera vez que hubieron indicios de lo que se podría haber evitado 15 años después. Ahora sólo podemos lamentarnos y llorar la pérdida de quienes fueron en un pasado, importantes.

Llorar, que común y esencial se había convertido todo aquello. 


4 de noviembre del 2019.

Seis horas antes...

Tenía la mejor vista que jamás se hubiese imaginado. Toda su vida había soñado con la sensación de estar en un PH y era tal cual a cómo siempre lo habían describido. Completamente vigorisante. 

—Estas son las llaves, señorita Sadatrás. Disfrútelo.—la muchacha sonrió como una niña pequeña en navidad recibiendo lo que en verdad había pedido. La Señora Norrow era una mujer de bienes raíces, una muy respetada e intachable señora de la sociedad. Había leído de ella en muchas columnas del New York Times, admirando siempre sus destrezas con los negocios.

Un día, de esos en la que te levantas con suerte, se enteró que su padre había sido su mejor amigo hasta que el tiempo los separó, y convenientemente, unido en una reunión en la que  ambos habían asistido. Marian jamás había renegado contra el tiempo. Este sabía lo que hacía y porqué. Y esa era la prueba.

—todo se ve estupendo aquí. No he dejado de mirar por la ventana cada detalle que me brinda.—cambió de posición su celular y se arrellenó en el sillón, uno individual en forma de huevo que cubría hasta su cabeza, del cual tampoco se había podido despegar—mañana comienzo en Leopoldo Noticias, su nombre es ridículo, pero es una de las revistas más leídas en la zona.—rodó los ojos y sonrió apenas. El timbre comenzó a sonar y giró hacia la puerta de madera. La duda cruzó por sus extraños ojos negros. Nadie sabía, no al menos conocido, que estaba allí.—Didy, debo irme, alguien está tocando la puerta. Buena suerte en París.


Avenida Licoln. 13:56 pm, parada de taxis.

Un hombre de traje esperaba con paciencia sobre la vereda mientras cada dos segundos miraba su caro reloj. No había tenido un buen día y nada parecía indicar que lo sería. Estaba allí esperando hacía ya una hora y media y ya había llegado tarde para una junta. Jamás se lo perdonarían. Aún si era el mismísimo jefe de la compañía.

Apenas divisó uno,  luego de haber perdido momentáneamente las esperanzas, levantó su mano. El vehículo estacionó frente a él y dio un suspiro de alivio antes de subir.

—A la Compañía Kirlys y Asociados, cerca del Restaurant Del Tofu.—El chofer asintió y comenzó el viaje.

"—no creo que sea algo del cual debamos preocuparnos"

El hombre de piel obscura subió la radio mientras viraba a la derecha.

"...es sólo un virus más. Nuestros científicos más destacados están trabajando en ello como lo hicieron con el Zika o el Dengue. 


—¿Pero, y si no lo logran?


—Todo está controlado, no hay nada que temer...


—Impactantes palabras del Dr. Gabriel Sherpad, jefe del ISNU, Instituto de la Salud de las Naciones Unidas. Pero tengo algo que acotar: si todo está controlado ¿Por qué hay quinientas familias enterrando a sus seres queridos en este momento? Eso es todo, soy Marcus Fray, desde TN Noticias"


Argentina, Río Negro, Barrio Carod 22:00 pm.

Las sirenas estaban sonando, la gente comenzaba a ponerse nerviosa dado que seis de ellas se habían escuchado. ¿Qué sucedía? ¿Qué broma mal intencionada era aquella? Pero resultó que no lo era. Sin importar lo absurdo que sonara, hubieran esperado que lo fuera.

Aquello sucedió a las seis de la tarde en que todas las patrullas policíacas se dividieron para dar aviso casa por casa, de salir de ellas y reunirse a lo más tardar al punto de referencia más cercano, para ese entonces la noche cayó sobre ello, como el miedo y la incertidumbre.

Todos los ciudadanos del barrio Carod, fueron reunidos en la salida sur, habrían por lo menos más de diez mil personas uno al lado del otro. 

—¡Tranquilos, tranquilos. Debemos avanzar hacia el sur, se les pide que lleven lo necesario. Sólo dos unidades de bomberos estarán sobre las rutas con provisiones y como guías! ¡Este grupo se dirigirá a Bardas!

—¡Marcos! ¿Qué rayos está sucediendo?—el hombre miró a la muchacha y suspiró, la multitud quedó en silencio y esperó su respuesta. Intentaban no entrar en pánico y tomar aquello con calma.

—Defensa Civil...—bajó la mirada como si eso le provocará una tremenda incredulidad.—dio aviso de evacuar las ciudades pequeñas a un búnker a cien kilómetros. Nos han pedido que para las dos de la mañana estemos bajo tierra. Es... un código rojo. 

—¿Y eso qué significa?

—Que todos podemos morir si no nos movemos...





¡Una Nueva Sección se avecina para el Blogg!

 ¡ASÍ ES! Una Nueva Sección se Avecina para el Blogg, ¿de qué se trata? Bueno, si eso es lo que quieren saber, entonces les presento la súpe...