Canuto

Capítulo 3

No se puede esconder la diversión de alguien que, quizás, fue uno de los que la inventó. O al menos de eso alardeaba tanto Sirius, cuando ofreció en bandeja de plata la magnífica idea de jugar a las escondidas. A la que, por supuesto, James estuvo de acuerdo sin siquiera dudar,  arrastrando a un sonriente Harry, con el cabello más desordenado que su padre, y a una para nada dispuesta pelirroja.

Tonks por su parte se había apuntado igual de entusiasmada que Potter. Y Elizabeth había prácticamente desaparecido junto con Andrómeda y Ted a las cocinas. Por otra parte, Remus y Peter, no tuvieron opción.

Samanta, había sido puesta en su corralito. Se encontraba muy concentrada en todo lo que pasaba a su alrededor, aferrándose a los barrotes de madera. Sentía, casi de la misma forma, el entusiasmo de su querido padre. Que no muy lejos de allí, se encontraba en el laborioso trabajo de contar.

-25, 26, 49 ojos tiene su abuela, amm ¡50! ¡Voy por ustedes mocosos!-Lily y Remus rodaron los ojos mientras veían pasar al niñato de Sirius por la puerta de la cocina. La primera estaba detrás de la puerta y Remus debajo de la mesa con un hechizo desilusionador. No habían dado condiciones, después de todo.

-Cornamenta-canturreó el pelinegro con una sonrisa traviesa-no debiste comer los bocadillos de ajo de Andrómeda. Desde aquí puedo olfatearte, viejo.-se acercó sigilosamente al sofá de cuero negro, pero no había nadie detrás o al menos eso creyó, cuando recordó la capa. Se tiró encima de lo que fuese que hubiese allí y en efecto, allí estaba James, riéndose escandalosamente.

-Ya basta-odiaba las cosquillas y el pelinegro, sin una pizca de culpa, lo sabía.

~*~

Sorprendentemente, Harry y Tonks fueron los que ganaron a las escondidas. Sirius había atrapado a Peter transformado en rata debajo del corralito de su hija. A Lily por una risa mal disimulada y a Remus por un fatídico estornudo. 

Sin embargo, no fue capaz de encontrar a los niños. Tonks había ayudado a Harry a esconderse en el paraguero en forma de pie de troll y ella se escondió detrás de las gruesas cortinas que tapaban a Walburga Black, jamás se enteró, y Sirius daba gracias por ello. 

Harry sola una vez había jugado a las escondidillas y recordaba patente lo que debía hacer, después de todo era hijo de Lily Evans, pero si Tonks no lo hubiese llevado en su espalda no habría llegado.

Ya para el almuerzo, Sirius no paraba de relatar lo sucedido haciendo enfadar a Lily, molestar a Remus y reír a los demás.

-¿Cerebritos? ¡Patrañas! ni siquiera buscaron bien donde esconderse.

Así había transcurrido el día, entre postres, risas, tazas de té y galletas. Viejos recuerdos y absurdas competencias. Entre familia, amigos y hermanos. Sirius, estaba feliz. 

Miró a su pequeña hija en los brazos de su esposa, aplaudiéndole las payasadas de su buen amigo James, de vez en cuando cacheteando al pequeño Peter, tirando del cabello de Remus. Siendo una regalona con la familia Tonks, una confidente con su curioso ahijado en los brazos de la pelirroja

 

No podía pedir más, bueno, quizás sí pedía algo más. Una palabra, una sola palabra, de su pequeña Sam. Pero nada. Nada de nada.

Mi Amiga es una Mortifaga


Capítulo 3-Ridículo.

-Una apuesta.-la idea no le quedaba del todo clara, ni siquiera el momento en el que había acabado en los baños de prefectos.

-exacto, una apuesta-Clara la miró con sus ojos brillosos de la picardía. Sabía que una apuesta no se dejaba sobre la mesa amenos que lo hayas, meticulosamente, preparado. Ella más que nadie lo sabía.

-y...-aclaró su garganta, no era que no quisiera, pero ya había pasado su record de un mes sin meter la pata y no quería salir de esa suerte. Pero Clara era tan insistente, que a esas alturas, ya no le podía decir que no-¿de qué se trata?-ésta aplaudió con energías y bajó de un salto de la escalinata que permitían subirte a la gran bañera.

-bueno, sé que si te dijera que te comieras dos gusanos por dos galeones,  lo harías.

-cierto.

-bien, esto va más allá que pedir un autógrafo a los gemelos Weasley. Y sabes que están bien guapos-rodó los ojos.

-bien, suena interesante, ya escúpelo.

-tienes un mes para hacer que un Slytherin se convierta en tu amigo o amiga.

-¿y qué gano?

-Diez galeones-se masajeó la quijada en un  gesto pensativo-y una caja para todo el mes de ranas de chocolates.-pasó por su lengua por sus labios. Ranas de chocolates, su más grande debilidad. Perra.

-trato hecho.-vamos, era una ganga.-no sé porque siento que hice un trato con el diablo.-Clara sólo rió mientras le daba un gran apretón a su pequeña mano.

-Recuerda que si no lo logras para esa fecha, deberás retribuirme con algo, pero eso será una sorpresa. Buscaré con calma mi premio.

-Estás muy segura de que no lo lograré.

-me debo anticipar, no confiar.

~*~

Estuvo toda la tarde formulando un plan. Haciendo listas de nombres de las posibles serpientes que conocía. Hacer amigos no era complicado, claro que no, bueno, no cuando pertenecían al nido de serpientes. 

Suspiró, Clara se la había dejado bien difícil. Pero no podía rendirse, no podía darle el gusto a la Ravenclaw, no cuando sólo llevaba horas de ser anunciada y aceptada la apuesta. Un tejón nunca se rinde. Se dijo con firmeza.

~*~

Era de noche, gran sorpresa. El tiempo allí pasaba volando. Mientras engullía su puré de calabazas y aquel sabroso corte de res, las grandes puertas fueron abiertas de par en par. Aquel extraño profesor de DCAO, el tartamudo y torpe Quirrel había ingresado esa hermosa noche de Hallowen gritando.

-¡T-Troll e-en las mazm-morras!-el tipo se desvaneció. Los gritos comenzaron a escucharse, de inmediato alguien, no sabía quién, la arrastraba hacia la salida y apenas había podido tragar. Las palabras de Dumbledore no llegó a escucharlas, el pánico había sido misteriosamente desatado. Hogwarts era un caos.

Un hermoso Caos.

No recordaba lo rápido que habían cruzado las cocinas y entrado a la sala común, abarrotada claramente, de alumnos con el pánico y el resto de la cena atorada en la garganta.

Había sido un escape llanamente perfecto y eso era extraño. Completamente ridículo...

-¿Cómo es posible que un troll haya entrado a Hogwarts? ¿No es el lugar más seguro que existe?-preguntó Ronda, en la comodidad de su habitación rodeada por sus compañeras: unas llorosas, otras igual de intrigadas, esperando ¿Qué? No lo sabían. Sólo podían sacar conclusiones.

-Al menos espero que les haya dejado una linda sorpresa a los Slytherin. ¡Caca de troll en las mazmorras, corran todos, mancha aún más nuestra pureza!-dramatizó Jane; todas rieron, pero aún así, había un deje de preocupación en sus rostros.



¡Una Nueva Sección se avecina para el Blogg!

 ¡ASÍ ES! Una Nueva Sección se Avecina para el Blogg, ¿de qué se trata? Bueno, si eso es lo que quieren saber, entonces les presento la súpe...