Mi Amiga es una Mortifaga
Capítulo 13- Casi...
Susan se retorció las manos, miraba furtivamente hacia la chimenea ¿A caso esperaba que Jane saliera de allí? Que estupidez, pensó. Escuchó el ululeo de su lechuza, parecía nerviosa. No la culpaba, su lazo con ella era muy fuerte, era algo de familia. Las aves eran un símbolo importante para ellos sobre todo las lechuzas.
Se acercó a ella, Dedalus había llegado a casa sin ninguna respuesta. Imaginaba que Jane no lo había pensado y estaría ahora luchando, quizás. No quería realmente tener una imagen mental de ello. Había sido una mala idea pensarlo.
Rayos.
Una explosión de llamas verde en la chimenea, hizo que su corazón se parara, lo primero que se le vino a la cabeza fue un cuerpo ensangrentado de la castaña. Pero a la vista, en cuanto llegó, fue una cabellera rubia, ojos grises y un rostro como piedra.
-Malfoy.
~*~
-Ellos se acercan, en cuanto la casa se vea amenzada no podremos aparecernos ni usar la red flú-Robert la observó un tanto asombrado-George me lo dijo.-se encogió de hombros restándole importancia.
-¡Choco, Mindy!-los dos elfos aparecieron de inmediato y luego de hacer una leve reverencia esperaron las órdenes de su ama-quiero que les avisen a los demás que cubran los al rededores, no están atacando. Si tiene la oportunidad maten a esos desgraciados-ambas criaturas asintieron con seriedad y desaparecieron en cuanto vieron que ya no eran necesarios.-¿Qué?-preguntó ante las mirada de su esposo y su hija-No dejaré que estos malditos destruyan algo por lo que tanto hemos luchado. ¿Qué esperamos?-Jane sonrió y miró a su padre que le guiñó el ojo.
Sí, quizás el futuro mostraba que no había esperanzas, pero cambiaría eso.
~*~
La noche estaba en su punto cúspide y no había nada más que le gustara que caminar entre las tinieblas sin temor ni miedo. Ella era el miedo, el terror, el cuento de horror en pijamadas de mocosos infelices. Una sonrisa de medio lado adornó su boca fina, levemente entre abierta, llena de satisfacción. Estaba sedienta y mientras más se adentraba a los terrenos Perkis, esta aumentaba a cada segundo.
Su capa negra ondeaba con la brisa y su cabello tapado por la capucha quedó liberado, con un movimiento de varita se sacó la máscara plateada. Sus ojos negros quedaron expuestos al brillo de la Luna llena, con un sentimiento sádico y obscuro. De repente aparecieron más personas y en cuanto se dio cuenta de sus presencias, eran veinte. Demasiados para algo que ella terminaría con una sola floritura de varita.
-Usted decide.
-Ataquemos, imbécil.
~*~
Rebecca tiró de su cuello para cubrirla con su cuerpo de
una explosión, ni siquiera lo había visto venir cuando eso sucedió. Pero
tanto como su madre su padre las había protegido con un escudo poderoso
rodeándolos a los tres.
-¡Debemos salir de aquí! ¡Esto es una trampa segura!
Y sin duda era verdad
De repente más explosiones comenzaban a escucharse y la estructuras
estaban cediendo poco a poco. Los Perkis corrieron hacia la salida
principal protegiéndose de los escombros para luego encontrarse con un
pequeño batallón en sus jardines.
-Las ratas siempre salen primero en cuanto ven que el barco se hunde-se
mofó Bellatrix con su sonrisa maquiavélica y retorcida.-¿Preparados
para morir?
-¿Y tú, perra inmunda?-preguntó con cierta arrogancia, la matriarca de los Perkis. La risa de la pelinegra era aterradora, pero sus padres no estaban amedrantados por ella.
-Oh, Becca. Siempre tan elocuente. Te recordaba un tanto más dispuesta en todo esto. Me decepcionas completamente
Jane no entendía a que se refería. Aunque no había visto a esa
horrorosa bruja antes sus padres parecían conocer todo de ella. Más de
lo que le hubiese gustado.
"-¡Avada Kedavra!-la bruja
había pronunciado el imperdonable prácticamente sin un atisbo de
compasión en su mirada. Jane vió en cámara lenta como el rayo verde le
daba de lleno en el pecho a su madre mientras que uno rojo fue directo a
la espalda de su padre. Su boca se secó y su corazón latió frenéticamente. Nuevamente, los ojos de esa desquiciada mujer
quedaron encima de ella, con sabores dulces de satisfacción y
victoria como brillo-Tú eres mía..."
-Jamás-murmuró volviendo en sí y
atacando antes de que ninguno se lo esperara. Un Expelliarmus dió en
Bellatrix mientras que un Bombarda en el pecho de uno de los mortifagos
de atrás. Rodó por el suelo, esquivando dos hechizos y quedó de pie
frente a otro de ellos. Escuchó detrás de ella a sus padres en una ardua
lucha y una sonrisa se dibujó en sus labios.
-¿Qué esperas?-provocó éste y cuando iba a atacarlo sintió que algo se incrustaba en su espalda. Era inconfundible, podía reconocer el filo de una daga.
-Eres
demasiado predecible, mocosa. Yo podría usar tus dones mucho mejor que
tú-tenía la boca de esa loca en su oreja sisear como una maldita
serpiente rastrera-es una pena que el Señor Obscuro los quiera para...-La mujer no pudo terminar lo que decía cuando su cuerpo fue literalmente pateado como una alimaña
-¡Deje
a mi ama!-Choco había aparecido de la nada y había arremetido no sólo
contra ella sino con otros tres que cautelosamente la rodeaban. De inmediato sintió sus manos sostenerla cuando sus rodillas se
doblaron. Quería decir algo pero no podía, lentamente sentía que todo su
cuerpo se adormecía.-Choco la llevará a un lugar seguro, Choco lo
promete...
~*~
Rebecca peleaba con
destreza contra Rabastan Lestrange. Sus estocadas eran severas, destructivas y
peligrosas y su oponente a esas alturas lo sabía realmente. Sin poder
evitarlo ante la última floritura de varita de la rubia quedó fuera de
combate.
Más allá, se podía divisar a Robert que con
presteza se había cargado cuatro Mortífagos casi sin esfuerzo y lo
hubiera seguido asiendo si no fuera porque seis luces blancas comenzaron
a rodearle. Sonrió con alivio.
-Esperamos no haber llegado tarde-la inconfundible cabellera castaña y revuelta de James Potter se materializó frente a él.
-Ya era hora.
~*~
Sentía frío, su cuerpo entumecido más no sentía dolor. Era una buena noticia, porque más allá de la fatiga no percibía. Escuchó unos murmurllos y pasos, y lentamente todo comenzó a aclararse.
-¿Cómo se encuentra?
-Luego
de seis intentos con hechizos y encantamientos, y tres pociones distintas, pudimos cerrar la herida.
Perdió mucha sangre, pero ahora está más que estable.-El Sanador la
observaba con ojo crítico-Sea la maldición que la daga tenía, era sin
duda magia negra y obscura muy antigua. Pero no era para provocar la
muerte.
-¿No?-preguntó con cierto escepticismo Rebecca con el ceño
fruncido-Joseph, sé que cuando alguien desquiciado te clava una daga por
la espalda sin duda es para matar.
-Pues siento decirte
tía Becca que no lo era. Estudié personalmente la maldición y era
simplemente para adormecerla. Se la querían llevar viva, no muerta-Jane,
arrugó el entrecejo ¿llevarsela, a dónde?
-Hablaremos después-dejó por zanjado la matriarca Perkis mirando a su
hija-Robert quiere hablar contigo.-éste asintió y en cuanto le dió la
espalda ésta lo miró con cautela.
Aún tenía tanto por averiguar que no sabía por donde empezar. Pero tenía prioridades, su pequeña.
~*~
Joseph metió sus manos en su pantalón verde lima y se acercó al hombre que miraba por la ventana con una sonrisa.
-Tío
Robert-éste se giró para mirarlo. Lo vio más alto, más adulto pero en
sus ojos seguía ese brillo característico de un Perkis. Le devolvió la
sonrisa.
-Joseph.
-Aquí estoy, soy todo oídos-él asintió y lo guió hacia unos asientos alejados de la habitación de Jane.
-Tenías razón, Voldemort quiere a Jane. ¿Pero por qué? Su talento obviamente no son únicos.
-Claro
que lo son, tío Robert. Yo he viajado a Rumania para encontrarme con el
conde Lucian Von Carter, hace unas semanas.-contó, sus ojos habitualmente llenos de picardía estaban serios- Él obtuvo sus poderes
debido a que su padre se los cedió antes de morir, así como su abuelo lo
hizo con el suyo y sus ancestros desde más de doscientos años. El poder
desaparece por setenta años si no son cedidos, hasta que nuevamente
alguien nace con él, pero el proceso es lento y un tanto
autodestructivo. El sistema neurológico debe adaptarse a la intromisión
mágica que comienza a despertar y drenar su energía hasta dejar postrado
al Mago o Bruja hasta que aprenda a controlarlo.-miró hacia la puerta de su prima más pequeña- Jane, ya es una usuaria confiable y a aprendido a dividir su energía
mágica para no decaer cuando lo usa. Voldemort sabe esto y quiere
obligarla a que le ceda sus poderes de alguna u otra forma. Por eso
fueron por ella y no será la primera ni la última vez que lo hagan.
-Es más complejo de lo que creí.
-Y eso no es todo-pasó
sus manos por su rostro y suspiró-Jane aún es una niña, si cede sus
poderes a temprana edad, ella...ella morirá.
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