Capítulo 11

Al parecer era el único que creía que poner a Astoria Nott como sospechosa era una locura. Bien, ella podía ser una perra cuando quería pero no necesariamente una ladrona. Y es por eso que tenía sus brazos cruzados y un rostro serio y enojado.

—No, no estoy de acuerdo.

—Levanten las manos quienes sí —ni Ron ni Harry se atrevieron a llevarle la contra así que, como dos cobardes, sus manos se levantaron después que la de ella —lo siento, Blaise, pero somos mayoría.

—¡Estos dos idiotas, hacen todo lo que tú digas porque dicen que tienes un carácter de los diez mil demonios si no están de acuerdo contigo! —Hermione los miró y estos bajaron la mirada al suelo.

—Escucha Blaise, nadie es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Así que, Astoria será investigada quieras o no. Ya no tenemos tiempo para esto.

—Pero...

—Nada de pero, Zabini. Ya he dejado en claro mi última palabra —cerró la boca y gruñó. Era increíble como aquella bruja podía cerrarle la boca con tan poco esfuerzo.

Luego de discutir lo que harían, los cuatro se separaron. Harry y Ginny tenían una importante cita con su Medimago de cabecera. Ron tenía que ir por Lina a la escuela y llevársela a Hermione, ésta misma estaría en su casa planeando de cerca su próxima estrategia y Blaise, Blaise iría definitivamente a molestar a Malfoy.

Era su actividad favorita. No podían culparlo.

• • •

Se apareció en el edificio del rubio. Era lujoso, moderno y muy concurrido. La mayoría se trataba de grandes Magos y Brujas, de los cuales algunos vivían allí, excepto quizás los más importantes. Como lo era el Trio de Oro. Eso no quería decir que no se lo hubieran ofrecido.

Blaise saludó al recepcionista, se metió al ascensor mágico y apenas en unos cuantos segundos, estaba ya en el piso de Draco.

Con tranquilidad, caminó hacia la puerta: la que se abrió de repente y lo obligó claramente ocultarse detrás de una columna. Se trataba de la mismísima Astoria Nott; parecía furiosa, lograba distinguir el temblor de sus manos mientras caminaba con la frente en alto hacia el ascensor. De alguna manera era notable que llevaba el orgullo herido, pero jamás lo demostraría abiertamente. Era ante todo una sangre pura y sobre todo una dama.

Vio segundos después a Draco salir de su departamento, igual de enojado o quizá más. Notó la brusquedad del rubio para detenerla. Estaba cabreado, conocía esa faceta.

—Ya te he dicho que no me metas en tus estupideces, Tori. Te lo prohíbo.

—Sólo quería la ayuda de un amigo.

—Oh, por favor. Dejamos de ser amigos en el mismo instante en que tú quisiste sobre pasarme ¿creíste que no lo descubriría? —ella se soltó de su agarre y lo miró sin decir una palabra,  aunque deseara escupirle todo su veneno en la cara. Sin embargo, prefirió darle la espalda y marcharse.

«Nadie es inocente hasta que se demuestre lo contrario. » repentinamente eso llegó a su cabeza, con el mismo tono sabiondo que Granger había empleado una hora atrás.

—Interesante. —Draco se giró con un gesto de pánico en el rostro.

—Demonios, Zabini.

—¿Demonios, Zabini? Sí, hola a ti también.

—¿Cuánto llevas ahí? —el moreno se acomodó su traje y sonrió.

—Bastante ¿no me invitarás a pasar? Que descortés.

• • •


Draco ya estaba cansado de estar tanto tiempo en silencio. Conociendo a Blaise, un hombre particularmente parlanchín, sabía que estaba guardándose miles, quizá, millones de preguntas; y creía saber el rumbo de cada una.


—Ya, pregunta lo que quieras.

—¿Qué hacía Tori aquí? —el rubio no se veía en lo más mínimo sorprendido. Rodó los ojos y tomó un sorbo de su café.

—Se ha metido en un aprieto, pero ingenuamente pensó que yo podría sacarla de eso.

—¿Aprieto? No lo estoy entendiendo.

—Con el último cambio en las leyes mágicas, Azkabán se ha visto obligado a poner un precio de fianza a sus prisioneros. Sin embargo, según el rango y la gravedad de sus crímenes el precio es sumamente alto.

—Lo sé, el Ministro de Magia no deja de alardear al respecto. ¿Pero esto qué tiene que ver con ella?

—¿No es obvio, amigo? Ha vuelto a perder la cabeza por las ideas estúpidas de su padre. Lo peor de todo es que ya no puede retractarse.

—Creo que me he perdido de nuevo. —Draco bufó y masajeó el puente de su nariz.

—Está intentando liberar al Señor Greengrass y a varios seguidores de Voldemort. —Blaise se paró de repente. Todo comenzó aclararse con una velocidad que mareaba ¿cómo es que habían sido tan estúpidos?

—¡Oh, por Merlín! Ya sabía yo que algo no estaba bien.

—¡Espera! ¿A dónde crees que vas?

—¡A notificarlo claro! ¡Potter tiene que saber esto! —pero no pudo seguir caminando, Draco se le había atravesado.

—¡No! Si vas ahora ella sabrá que yo te lo dije.

—¿Y? ¡La muy perra ha estado provocando un revuelo tremendo en el Mundo Mágico! Granger tenía razón.

—¿Qué dijiste? —no, definitivamente aquello no estaba bien. Granger lo mataría estaba seguro.

—Olvida lo que dije, tengo que notificarlo, es mi deber Draco. No puedo fallar.

—Guarda tu sentimentalismo y lealtad, hablas como ellos. —Blaise retrocedió, su desprecio le hizo recordar tanto al viejo Draco Malfoy —así que Granger estaba detrás de esto —sonrió con desgano —, ahora entiendo su repentina aparición. Ella realmente es talentosa, si me permites opinar. Que desgraciada.

—No, amigo. Ella...

—Fuera. ¡Que te vayas! Ve con San Potter y su pandilla de imbéciles. —Blaise estaba en una gran encrucijada. Pero sabía cuándo era el debido momento para dar una explicación y en ese instante no lo era. Se fue de allí incómodo y desahuciado. Ni él ni ella se lo perdonarían pronto, sin embargo, ahora había algo más importante de qué preocuparse.

Draco lo escuchó marcharse; una furia salvaje comenzó a nacer desde lo más profundo de su ser, y en menos de unos cuantos segundos, cada minúsculo fragmento de cristal se vio aterradoramente destruido.

Se encontró a Rita boquiabierta y la fulminó con la mirada. De aquellas que había olvidado ya en el pasado. De aquellas que prometió no volver a usar.

—Tráeme unas botellas de whisky, ahora.

—Pero señor...

—¡No te estoy preguntando, maldita sea! —la chica tragó con dificultad y temblando de miedo fue por las botellas. Jamás lo había visto de esa manera, nunca desde que había llegado ahí.

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Estoy maravillada como ha crecido Limón y Canela, me siento muy agradecida, en verdad. No sé si llorar o reír.  En fin, gracias por leer, por votar, por comentar, por ponerla en sus listas de lecturas. ¡Por todo!  Y aquí les he traído un nuevo capítulo. Espero que les guste (este creo que tiene más diálogos 😝 pero ya que) y bueno, nada, sólo darle por tercera vez las gracias 😝 las amoadoroo

Pregunta ¿Alguien más a notado que el guión de diálogo no aparece? No entiendo que pasa, sale el guión pequeño 😱 #MiNoEntender.

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