Tempestad...

Capítulo 1-Discreción...


Habían caminado por horas sobre aquel frondoso bosque bajo la luz de Luna. Aún se preguntaba como rayos había llegado hasta ahí. Sin embargo, para aquello no había una respuesta valida. Joseph caminaba delante de la impotente Amanda Van, la innombrable pronto pisaría su hogar. Y no sabía que pensar, ni que decir cuando eso sucediera.

-me pregunto ¿por qué haces esto?

-ya te lo dije, mi tío quiere matarnos a todos-la chica rodó los ojos con hastío y lo detuvo del brazo haciendo que éste se girara bruscamente.

-es enserio ¿por qué... haces... esto?

-¿no te conformas simplemente con que quiero salvarte la vida? ¿Siempre tienes que saber más de lo que ya sabes?

-si pretendes que te ayude al menos, merezco una explicación, Joseph-murmuró con algo de efecto- a parte a ti, nunca te interesó los impuros y menos los demás puros, es... ¿a caso por tu hermano?-él volteó la mirada violentamente hacia ella.

-yo no tengo ningún hermano-contestó acercándose a ella peligrosamente.

-si que lo tienes, aquel hermano que traicionó tu familia por estar con una humana-dijo encarándolo sin temor alguno- es más, vive feliz con sus dos hijos, tus sobrinos, los cuales observas todos los días desde que te enteraste que nacieron-sus ojos negros inevitablemente se tornaron furiosos-sé todo de ti y no puedes engañarme; y en lo contrario a mi,  tu no me conoces y no sabes de lo que soy capas de hacer-el pelirrojo suspiró y se dejó caer sobre una piedra que yacía solitaria en medio del bosque.

-¿desde cuando lo sabes?

-soy especial Joseph, el poder que posees no se compara con el mío, puedo leer mentes y modificarlas, es natural de mi familia aunque es un completo secreto...

-ya no lo es-mencionó el pelirrojo con una media sonrisa, pero Amanda trató de imaginar que todo era un sueño; no hacía más de un milenio que había querido matar a aquel extraño hombre y ahora le sonreía como si fueran amigos de toda la vida-¿sucede algo?-preguntó, pero la chica no respondió sino que simplemente asintió y comenzó a caminar-espera, se que te molestó algo, así que dime ¿qué es?...

-no es nada, Joseph, solo sigamos-pero no pudo seguir-¿qué haces? ¡suéltame!-el muchacho la tenía del brazo de manera poco amable.

-no, antes de hacerlo debes prometer algo-ella suspiró con hastío pero terminó por accediendo- espero que tengas discreción con mi único secreto, o bueno uno de mis cuantos secretos.

-¿Cómo el del estambre de gato?

-eso espero que tampoco se sepa-gruñó haciendo más presión de lo debido.

-¿en serio te gusta el estambre de... fodhsgiuofg?-él tapó su boca con una presión bestial- ¡oye!

-ni mucho menos que sepan mis gustos privados-mencionó con enojo-así que espero que tengas discreción con todos mis secretos ¿si?

-ok, ok esta bien-dijo con resignación- pero ya que tu estas estableciendo reglas yo mencionaré una-él asintió permitiéndole a que hablara- una de ella es que no vuelvas a tocarme, otra, nos comunicaremos simplemente por cartas anónimas, sin los colores de tu familia, ni hojas ni sobres-él hizo un gesto vano de estar de acuerdo- nadie, repito, nadie debe saber esto-él asintió complacido.

-es un trato- y desde ese momento no entablaron ningún tipo de conversación. El hogar de los Valduans no estaba lejos de allí, a pesar de esta retirado del centro de la ciudad.Tercidonia era un hermoso país de las Rosas Blancas, en la que Terrea, su ciudad principal se dedicaba a fabricar perfumes con aquellas Rosas hermosas. Pero lo que más adoraba cada uno de sus habitantes era la afamada, cautela y sobre todo, la Discreción...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Una Nueva Sección se avecina para el Blogg!

 ¡ASÍ ES! Una Nueva Sección se Avecina para el Blogg, ¿de qué se trata? Bueno, si eso es lo que quieren saber, entonces les presento la súpe...