Mi Mundo


Mi Amiga es una Mortífaga

Capítulo 10- La forma de un picaflor.


Hay ciertas cosas en la vida que no tienen explicación, destinos, hechos que cambian tu perspectiva completamente. Sucesos que debían o no pasar, decisiones que estabas obligado a tomar. Elecciones y oportunidades que pocas veces teníamos el lujo de tener. Una vida entera, ahora con otro rumbo.

Jane miraba su reflejo en la ventana, su expresión era cansina con un deje de desolación. Se sentía sola, conocedora de una verdad irrefutable que tenía prohibido mencionar. Suspiró, aún se encontraba en la enfermería, la Señora Pomfrey no la había dejado irse en cuanto despertó y no había tenido más que quedarse. Ya no recordaba cuanto tiempo llevaba mirando por la ventana, ida, sumergida en su propio mundo. Oculta entre las sombras de la noche en una sala vacía.

Creía escuchar una voz, diciéndole que no había nada de qué preocuparse, que no había nada que temer. Pero sabía que no era más que su subconsciente tratando de mantener a flote todo aquello que conformaba su base de cosas importantes. Todo aquello que, aún, no estaba perdido.

Era irónico dado que no había sido más que ayer que nada le importaba. Era grosera, descuidada, distraída, al parecer, y meterse en problemas era por lo mucho lo poco que le importaba. Sin embargo no sabía que pensar en ese mismo instante, sólo que ahora tenía miedo. Mucho miedo...

-Deberías descansar-frunció levemente el ceño, reconocía esa voz perfectamente.

-¿Qué haces aquí?-escuchó el colchón hundirse a unos metros de ella y una risa suave.

-Tranquila, Perkis.-se giró en dirección a él, tenía el cabello rubio sin ese habitual engominado cubrirle, reluciente bajo el leve brillo de la luna. Tenia los ojos cerrados, las manos detrás de la cabeza y las piernas cruzadas.-Sé que soy irresistible, pero realmente me molesta que me miren de esa forma, pareces poseída-Jane gruñó y se dejó caer con lentitud sobre su camilla.

-Déjate de juegos, Serpiente. -Éste suspiró y se reincorporó, posó sus codos en las rodillas y entrelazó sus manos a la altura de sus ojos.

-Traigo un mensaje, para ti.

-Oh, que considerado. Un mensaje para mí, espero que no sea una tarjeta de Mejórate o una invitación para Hogsmeade, porque créeme, tengo demasiadas.-éste rodó los ojos.

-Es importante, quizás salves algunos de tus amiguitos sangre sucias, que sé que tienes-Jane se acostó, tenía un pequeño dolor de cabeza y el misterio que empleaba Malfoy la estaba poniendo aún más ansiosa o quizás sólo eran los efectos colaterales del golpe que le dio la Bludger en la cabeza.

-Ya, dilo.-susurró con cansancio. El rubio dudó un momento, abrió la boca y la cerró, vaciló y terminó por aclararse la garganta. No tenía opción, ya estaba ahí y no precisamente por voluntad propia.

-Habrá mortífagos en Hogsmeade. No sé si atacarán, ni cuantos serán, ni quienes son en particular-Jane se tensó y pasó saliva con dificultad.-pero sólo sé eso.

-¿Quién...quién te lo ha dicho?-Draco negó con suavidad. Tenía una expresión de desconcierto, estaba más pálido de lo normal, de esa forma se dio cuenta que había un pequeña vela encendida en la mesita de al lado.

-No tengo permitido decirlo. Aunque, si esto te hace sentir mejor, ni yo lo sé.-no, definitivamente eso no la hacía sentir mejor. Se reincorporó y quedó sentada frente a Malfoy.

-¿Qué dirá tu padre cuándo se entere que de alguna forma has ayudado al enemigo?-éste sonrió con pesar y miró hacia la pared.

-Él jamás lo entendería. Soy un Malfoy pero no soy él-Jane asintió, creyéndole cada una de sus palabras o al menos eso pensaba Draco, eso quería creer-¿puedo hacerte una pregunta?-ésta asintió, después de todo ya estaban ahí-¿Qué le  viste a ese idiota de Green?-la castaña comenzó a reír.

-Disculpa, es que-rió secando algunas lágrimas de la comisura de sus ojos-fue divertido.-Malfoy simplemente la miraba esperando una ecuestre respuesta y no tuvo más opción que contestar-Albert es perfecto para mi, eso es todo.-le sonrió con camaradería y palmeó su hombro-y tú eres como un hermano, lo lamento.

-Bueno, pudo ser peor-Jane rió un poco más antes de asentir- debo irme. Y, por favor patea el trasero de Gryffindor mañana-estaba por llegar a la puerta de la enfermería cuando se giró para verla- odio la mueca de suficiencia de Potter en el campo de Quidditch, maldito cararrajada-Jane sonrió despidiéndose de él agitando su mano. El partido era en ese momento lo que menos le importaba. Si Dumbledore tenía razón, si ella estaba en peligro por el don recién encontrado, debía hacer algo.

Se colocó de pie, en una silla estaban todas sus cosas, Clara le había llevado ropa limpia, dos cajas de ranas de chocolates y un coscorrón en el brazo por "insensata", Susan le había llevado grageas de todos los sabores y a pesar de no decir una palabra su presencia decía más que un "Mejórate". Cuando Pomfrey las vio las había sacado a patadas, pero al menos las había podido ver sólo cinco minutos. Albert se había mantenido en la puerta, como un buen Hufflepuff, pero su mirada fue suficiente.

Salió con sigilo, paso a paso, suaves y cautelosos. Cruzó la puerta con éxito, le sorprendía que la vieja enfermera no hubiera escuchado tremendo alboroto por parte de Malfoy y ella, pero no podía tentar a la suerte y salió de allí de la forma en que lo hubiera hecho un fantasma.

-Bien-se dijo asintiendo abrochándose la chaqueta hasta el cuello.
~*~

El partido estaba programado antes de la salida a Hogsmeade, Dumbledore había decidido hacerlo de esa manera para que los alumnos de la casa que ganara pudiera festejar como debía ser. El viejo estaba chiflado pero Jane le tenía un profundo cariño.

Se había adentrado al Gran Comedor, estaba abarrotado de alumnos completamente extasiados sobre todo la mesa de los leones, tenían mucha confianza en sí mismos. Que daba pena pinchar su burbuja de ensoñación. Buscó con la mirada la rubia cabeza de Clara entre las águilas, necesitaba hablar urgente con la Ravenclaw, pero al no dar con ella buscó a Susan.

La encontró con facilidad, en el mismo lugar de siempre no muy lejos ni cerca de la salida; estaba con el ceño fruncido en una discusión un poco acalorada, con un tipo al que reconoció como Nott, lo había visto un par de veces con Malfoy. Guapo, igual de idiota que todas las serpientes. 

-Jane, con que aquí estás-giró su rostro hacia la derecha encontrándose con un aliviado Albert, pero no pudo no estar pendiente en lo que pasaba en la mesa de las serpientes. Arrugó la nariz cuando vio que éste se ponía de pie al mismo tiempo que Wile-¿sucede algo?

-Parece que Susan tiene problemas-murmuró desviando la mirada.  Jane tomó la mano del pelinegro y lo arrastró hacia Susan, con el ajetreo todo pasaba por desapercibido.

~*~

-...¿te crees mejor que las demás? pues ve enterándote Wile, sólo eres una más.-masculló Nott tomándola del brazo con violencia. Sus ojos azules estaban obscurecidos, llenos de rabia y algo que Susan no estaba segura haber visto antes en él-

-¿Eso crees? ¡Suéltame!

-¿Susan, está todo en orden?-ésta pareció reaccionar, tenía sus ojos levemente llorosos de rabia o dolor Jane no podía asegurarlo. Se giró hacia a ellos, boqueó como un pez, no podía formular palabra, eso estaba claro.

-¿podemos ayudarte en algo?-siguió Albert mirando a Nott con seriedad.

-Ella no necesita ayuda de nadie, vuelvan por donde vinieron inútiles.

-No te atrevas a hablarle de esas maneras a mis amigos Nott o juro que...-la voz de Susan había salido estrangulada que no tuvo el énfasis que ella hubiese querido.

-¿qué?-Jane se colocó en el medio empujando a Susan hacia Albert en un modo de protección.

-No querrás saberlo, maldito desgraciado, asqueroso pusilánime.- El pelinegro retrocedió un paso al ver la varita en la mano de la Hufflepuff-créeme si veo una vez más que maltratas a mis amigos te arrepentirás.

-Creo que Nott ha entendido, Perkis.-el prefecto de Slytherin se había colocado de pie luego del espectáculo. Había esperado el momento justo para entrar en acción.

-Tú estás muerta, rata inmunda.-susurró el Slytherin antes de pasarlos por al lado y salir del comedor lo más rápido que podía. 

-¡no antes que tú!-había exclamado.-y tu, será mejor que controles a tus serpientes o no habrá próxima vez- Jane tomó del brazo a Wile y con Albert se la llevaron a la mesa de los tejones sin importarles lo que los demás pudiesen decir. Al rato llegó Clara, estaba algo agitada, con el cabello desordenado que habitualmente nunca tenía un pelo desparramado. No pidieron explicaciones al respecto. Jane la puso al corriente de los acontecimientos y tuvieron que sentarla para que no se le ocurriera hacer ninguna locura como muy bien pensaba hacer.-Tendremos nuestra venganza.-comentó Jane tomando un sorbo de zumo de calabaza, sus ojos estaban encima de la desgarrada silueta de Susan que no había probado bocado alguno.-te lo prometemos-ésta sacudió la cabeza y levantó la mirada, tenía un deje de tristeza en sus ojos obscuros. La primera vez que percibía algo más en ellos.

-Gracias.

~*~

-¡Los jugadores están saliendo de los vestidores y desde aquí podemos ver a Jane Perkis codo a codo con el guardián Albert Green! ¡Por cierto chicos, hacen linda pareja, no nos defrauden!-todos aplaudieron y silbaron riéndose de las ocurrencias de Lee Jordan- ¡Y que tenemos aquí, pero si es nada menos que Oliver Wood, el muchacho que se ha estado escondiendo de las muchachas en todo este mes! ¡Pillo!

-¡Señor Lee!

-Lo siento, lo siento ¡Harry Potter sale detrás del capitán! ¡Otro semental de los leones!-los gritos ensordecedores se extendía por el estadio completo donde los ojos de las cuatro casas estaban fijos en los tejones y en los leones-¡Aquí tenemos a Madame Hooch dándoles las  indicaciones necesarias a punto de tocar el silbato y dejar en libertar los balones!-el silbato fue escuchado y más gritos comenzaron a escucharse, canciones,  ruido de tambores y trompetas.
Jane tomó la Quafle mucho más rápido que Katie Bell y salió lo más rápido que su Saeta de Fuego le permitía, detrás le cubrían los golpeadores sorteando y deshaciéndose de los Gemelos Weasley.

-¡Perkis toma la Quafle y se dirige a los aros de Gryffindor a toda velocidad, Ronda cubre sus espaldas mientras Thomas Miller va por la Snitch dorada codo a codo con el grandísimo e inigualable Harry Potter!

-Me agrada este chico-opinó Sirius riéndose a carcajadas mientras Minerva no creía estar de acuerdo con él.

-¡Y Jane anota un tanto y Hufflepuff gana 10 a 0 a mucha honra!

-¡Mueve tu trasero Miller, agarra la maldita Snitch Dorada!-Clara estaba quedándose sin voz y Susan estaba segura que de seguir así no la escucharían por un buen tiempo.

-¡Gryffindor tiene la Quafle, se dirige velozmente hacia los aros de los tejones donde un muy bien concentrado Albert Green los espera!

-¿Esa es Jane?-la rubia se giró para responderle a quién sea que le preguntó por encima de los gritos a su alrededor pero al encontrarse con Malfoy se quedó helada.

-¡Aguarden un momento, ¿esto es real o es un sueño? Jane Perkis se acerca a gran velocidad hacia Katie ha sorteado a Fred ¿O es George? Como sea mi querida gente de Hogwarts, Jane Perkis logró cruzar todo el estadio a una velocidad increíble! ¡Por Merlín, me lleva el Barón Sanguinario!

-¡Jordan!

-¡Perkis le ha quitado la quafle a nuestra leona se la pasó a Daniel Riller. Hufflepuff toma ventaja y Miller está más cerca de tomar la Snitch!  ¡Por las barbas de Merlín y Dumbledore juntos! ¡¿Perderemos éste partido a mano de nuestros queridos tejones?!-el director se miró la barba con gran interés mientras McGonagall reprendía al divertido y carismático Lee Jordan.-¡Daniel acaba de anotar otro tanto y... esperen!- todos miraron hacia arriba-¡Thomas Miller ha atrapado la Snitch, repito, ha atrapado la Snitch! ¡Y Hufflepuff gana con 170 puntos, damas y caballeros!-todo el grupo amarillo explotó en vítores mientras los leones, aplaudían animados, había sido un buen partido, sin duda. 

~*~

-Se los digo, creí que no lo lograríamos.-opinó Ronda que caminaba al frente junto a Miller, el equipo y uno que otro alumno de Hufflepuff terminaban de formar la manada de tejones.

-Fue como si todos hubiéramos tomado Félix Felicis-comentó extasiado Daniel que iba colgado de su novia Stephanie, los chicos rieron alegremente. Jane iba hablando animadamente con Clara y Susan, tomada de la mano de Albert, que no pasó por alto para los amigos de éste último.Sin embargo no lograron decirle nada, en lo que parecía ser un buen día en Hogsmeade, se convirtió en un horrendo cuento de terror.

Una explosión, gritos de susto y dolor dejaron helados a todos. 

-¡Mortífagos!-algunos profesores comenzaron a proteger a los alumnos que estaban más cerca del ajetreo y ordenaron a los demás de regresar al castillo lo más rápido que pudieran.

-¡Debemos irnos Jane!-eran muchos, demasiado y no lograrían salir de allí como esperaban, los chicos que ya habían pasado las pruebas de aparición comenzaba a llevarse a los más pequeños a lugares más seguros. Los ojos marrones de Jane era como un espejo del horror.-¡Despierta!
-¡Expelliarmus!-exclamó haciendo un lado a Clara del frente y apuntó a un hombre vestido completamente de negro, usaban máscaras. no podían saber a que se enfrentaban. Albert enviaba hechizos a diestra y siniestra acompañado de los demás tejones mientras corrían hacia un lugar seguro-No podremos salir de aquí, son demasiados y estoy segura de que deben estar esperándonos en los límites del castillo. 
-Pero...-estaban detrás de los escombros de lo que alguna vez fue un comercio de cosas usadas. Susan estaba mirando con cautela hacia atrás donde se llevaba una batalla campal.

-tiene razón-dijo ésta apretando con furia su varita. De repente escucharon un estruendo mucho más fuerte que por un momento dejó en completo silencio el mismísimo caos.-¡Aurores!-exclamó, debían ser unos veinte, quizás más que habían comenzado a dar vuelta un resultado incomparable.

-Es nuestra oportunidad para salir de aquí.-comentó Albert con el rostro empapado de sudor. Jane asintió mientras respiraba con dificultad.
-No si yo lo impido primero.-Jane frunció el ceño y Susan abrió levemente la boca, ambas habían reconocido ese tono lúgubre. Wile negó con la cabeza mientras intentó adelantarse pero Perkis la detuvo con su brazo. Esa era la oportunidad perfecta para vengarse.

-Nott-masculló Perkis, más valiente de lo normal.

-¡Cruc..!
-¡Desmaius!-gritó Jane con fuerza, el cuerpo de Theodore Nott salió por el aire violentamente. Pero y cuando quiso cantar victoria notó algo más escalofriante-oh no-susurró mirando hacia el cielo-¡Dementores!-exclamó hacia sus amigos pero estos estaban enfrascado en un batalla con dos mortífagos el doble de grande que ellos.-maldición-murmuró, divisó a Ronda más lejos junto a un lloroso Daniel, no quería saber realmente porqué y un Dementor se les acercaba.-¡Expecto Pratronus!-era la primera vez que lo hacía. Un sin fin de recuerdos pasaron por su cabeza, felices, la mayoría eran felices y eso era todo lo que necesitaba. Un vapor plateado salió disparado de su varita formando a lo lejos un hermoso picaflor revoloteando con ligereza. Lo estampó contra el dementor que salió despavorido llevándose consigo otros dos que no dudaron en desaparecer.

-Jane...-susurró Ronda cuando la vio acercarse a ellos corriendo-gracias.-ésta asintió, miró hacia el frente un ciervo corría hacia los dementores impidiendo que se acercaran a los alumnos y pudo divisar el movimiento de varita de Harry Potter.

-llévalo hacia allá, debemos salir de aquí-ésta no objetó nada al respecto y como pudo levantó a Riller. Pero cuando iba ir detrás de ellos un dolor inexplicable recorrió su cuerpo entero como mil dagas encrustrándose en su piel.
-Eres una maldita bruja, pero imagino que eso ya lo sabías-Nott la tomó de los cabellos y levantó su rostro dejándolo muy cerca de su mejilla.-te dije que morirías ¿algo que decir, maldita rata?
-Vete a la mierda.-la soltó bruscamente y le apuntó con su varita.
-Tú lo has pedido-susurró éste-¡Avada Keda...!-Jane cerró sus ojos y apretó los dientes.
-¡Desmaius! -nuevamente Nott salió por los aires quedando tendido sobre el suelo, unas sogas recorrieron sus piernas hasta amarrarlo por completo-maldito-añadió. -se acercó a la castaña y le ayudó a reincorporarse con suavidad-¿Jane, te encuentras bien?-ésta levantó la mirada y se encontró con los ojos claros del hombre que le había salvado la vida.
-¿Papá?-éste le sonrió y acarició su rostro.
-¡Perkis!-éste miró hacia una muchacha de cabello rosa, parecía amable, hasta una sonrisa adornaba su rostro en forma de corazón- hemos sacado a la mayoría de los alumnos y residentes de aquí, Moody nos quiere en el frente-éste asintió y miró a su hija.
-vete, el camino hacia Hogwarts está libre.-Jane asintió y se colocó de pie con ayuda de Robert-ya tendremos tiempo para explicaciones, pero necesito que te pongas a salvo.-Jane suspiró e iba irse pero Robert la detuvo-y, mocos-sus ojos azules la miraron fijamente-te quiero...

Se sentía culpable, ella sabía que todo eso sucedería pero no había dicho ni una sola palabra, ¿por qué? ¿Qué había ganado de todo eso? Mientras corría podía divisar cuerpos, gente inocente y conocida que no fue capaz de salvar.

Nuevamente conjuró el picaflor y envió un mensaje a sus amigos, necesitaba ponerlos a salvo.


Limón y Canela: Cap 5 Simplemente Malfoy



Quizás Victorio no era el hombre que buscaban, luego de analizarlo y repasar todo lo que sabía de él llegó a la conclusión de que no era más que un sangre pura más. Pero no por eso no dejaba de estar en su lista negra de posibles sospechosos. Harry estaba desesperado, Ron completamente estresado y ella tenía el conjunto de ambos. Y los robos seguían.

 Era sábado, su día de descanso, de Potter, de Malfoy y de las malas vibras. Sin embargo, tenía un pendiente que curiosamente estaba remarcado con un círculo vulgar rojo en su almanaque.

El Baby Shower de Ginny Potter.

-Por Merlín ¿Cómo pude olvidarme?-faltaba una hora y media, tenía tiempo de sobra para llegar pero no tenía un regalo. ¡Joder, santísima  barba de Merlín! Agarró el abrigo colgado en el perchero detrás de la puerta y las llaves de la mesita del otro lado.-Carajo, carajo, ¡Ah!-un susto, un susto de muerte, eso había sido. Con la mano en el corazón y el alma medio salido del cuerpo se encontró con la serena presencia de-¿Qué jodidos haces aquí Malfoy? ¿Quieres matarme?

-No tengo tanta suerte.-llevaba una chaqueta gris abrigada y unos pantalones negros a juego con sus relucientes zapatos del mismo color, un atuendo tan muggle que ni lo mencionó y que le quedaba condenadamente bien.

-¡Ja!-cerró la puerta detrás de sí.-¿Qué quieres?

-Bueno yo...

-No tengo tiempo-lo tomó de la mano y los apareció frente a una tienda muggle de bebés. Lo soltó y prácticamente entró de cabeza a la tienda. Malfoy, mareado, confundido y hasta algo asustado en cuanto divisó un taxi, la siguió. Todo olía a perfume de bebé, a inciensos y ancianita. Había demasiados colores dañinos para sus ojos, tantos peluches, tanta ropa pequeña.

-Esto es el infierno...

-No exageres, hurón-la voz amortiguada de Hermione por el gran oso que sostenía entre sus brazos, llegó a él.-¿Vas a ayudarme?

-¿debería? Ni siquiera pedí venir aquí...-pero la castaña no esperó que siguiera con su perorata y le encajó el muñeco-esto no es muy amable de tu parte, Gatita.-ella no respondió y no tuvo más que seguirla.  

Maldita comelibros.

~*~

Hermione salía de la tienda con una sonrisa de satisfacción. Y un Draco Malfoy gruñendo, quejándose que ya no podía visitar gente sin que lo cargaran de cosas.

-Tú llegaste sin avisar.

-Y no lo volveré hacer. ¿Para quién es esta cosa?

-Para el futuro nuevo Potter.-mencionó con orgullo, ella estaba más emocionada que los futuros padres en esperarlo.

-¿Cararrajada va a hacer padre?-dijo con sarcasmo, sin poder resistirse a reír.

-no le veo la gracia.

-Merlín, en unos años será calvo, obeso, con alguna otra adicción. ¡Auch! Te estás tomando demasiadas libertades-se quejó sobándose la nuca donde la ex Gryffindor había dejado su marca de un nada suave golpe.

-Bien, tengo veinte minutos de sobra para que me des una explicación ¿Porqué estabas en mi puerta?

-Me gusta admirar puertas-Hermione levantó una ceja con indignación.-¿Por qué debe haber una maldita explicación para todo y nada menos para ti? Oh, no respondas, sería perturbador escuchar las razones. Simplemente estaba ahí y punto final.

-eres...increíble.

-vaya, gracias.

-No era precisamente un halago-escupió con mofa, miró su reloj y mordió su labio con frustración, pero una sonrisa, un tanto malvada, se dijo Malfoy, se dibujó en sus labios-y creo que tengo el castigo perfecto para ti.

-¿castigo? ¿De qué rayos estás hablando, Granger?

~*~

Tocó el timbre dos veces, se escuchaban tantas voces que por un momento creyó que su estupidez podría costarle unos buenos costalasos.

-¡Bienvenidos!-dijo la pequeña pelirroja con una panza bastante abultada y una sonrisa radiante que desapareció cuando divisó a Malfoy-¿Qué...carajos?-a la mierda la delicadeza, Vaca-Potter había dejado bien claro su disgusto para ser sólo una pequeña comadreja.-¿Hermione estás loca? Hay doscientos Weasley allí adentro.-ésta hizo un mohín.

-Es por el maldito trabajo. Debo tenerlo pegado como lapa por unos días. Con la excusa más barata "de período de prueba"-masculló, muy bien actuado, pensó el rubio asintiendo. Griffindor´s, simplemente, Griffindor´s, se dijo mientras ambas discutían y llegaban a un acuerdo para satisfacción y diversión de primera mano de una extraña y sádica comelibros. No es sano.-Por cierto ¡Felicidades!-exclamó sacando un pequeño oso de su bolsillo de su chaqueta y lo agrandaba al mismo tiempo. La cara pasmada de la pequeña comadreja era sin duda un poema, mujeres, hormonas. Enumeró con escalofríos ¿Ese día podía ser mucho peor?
Quizás había hablado demasiado rápido.

-Escucha, Malfoy. Así serán las cosas: será mejor que te reserves los comentarios, opiniones y gestos petulantes si no quieres perder tu rubia y oxigenada cabeza, ¿comprendes? ¿entiendes? ¿lo captas?-Draco miró de reojo a Hermione que reía por lo bajo mientras saludaba a una pequeña niña rubia con un atuendo completamente ridículo. Lo estaba ignorando, haciéndolo sufrir con un gran costal de hormonas pelirrojas.

-Tranquila, Weasley.-masculló-No soy la estúpida comadreja que tienes por hermano.

-Perfecto, así me gusta-sonrió radiante y le dio la espalda-¡que te diviertas hurón!

Merlín, ¿Qué te he hecho?

-¡No puedo creerlo!-se quedó paralizado, helado, completamente inmóvil.-¿Draco Lucius Malfoy, eres tú?-debía ser un castigo, un castigo bien merecido por las mierdas de su obscuro y patético pasado. Eso era, eso debía ser.
-Blaise.

-El mismo pero más guapo-el moreno le guiñó el ojo.-¿Qué rayos haces aquí? ¿Eres tú, cierto? Porque...

-Cierra el pico Zabbini, piérdete.

-si eres tú-miró hacia todos lados con una sonrisa divertida. El rubio estaba mirando su alrededor, globos, serpentinas y carteles de felicidades estaban abrumándolo, mucho más que la vosecita insistente del moreno y esas cabezas pelirrojas ir de un lado a otro. ¿Por qué habían tantos? Oh, ya lo recuerdo estoy en la maldita madriguera de comadrejas-Interesante lo que se trae el viento.

-¿Cuál es tu excusa?

-¿Debería tener alguna?- refutó el moreno caminando con naturalidad como si aquel ambiente fuera de lo más normal, como si esas rusticas fachadas mezcladas con ciertos aires nuevos fueran de su agrado. No podía pensar lo mismo.

-Quizás un motivo-Blaise no quitó su sonrisa y se sentó en uno de los sofá de cuero, cruzando sus elegantes y largas piernas, completamente cómodo.

-Soy un simple amigo de la familia, Draco. Tu sabes lo que me ha costado entrar en el departamento de Aurores y  si no hubiese sido por Potter y Weasley, no lo hubiese logrado.-agitó su mano quitando cuidado a lo dicho y volvió a sonreír-además, soy como el guardián protector de Ginny, órdenes de Potter, no me mires así.

-¡Lina Ginevra Weasley, vuelve aquí!-Un enrabiado Ronald Weasley pasó por enfrente de ellos sin siquiera reparar en sus presencias, persiguiendo a al misma niña rubia que Granger había estado saludando.

-¡Jamás, papá!-arrugó el entrecejo y quedó completamente anonadado.

-Lina está muy influenciada por los Gemelos.

-Y no olvidemos a los genes maternales-acotó Blaise en cuanto escuchó la opinión de Hermione, que sin importarle se había sentado junto a Malfoy. Estaba incómodo, todos incluso podían notarlo. Toda esa situación, era más bien surrealista, un mundo paralelo. No había tantos prejuicios sino viejos recuerdos, pequeños resentimientos que con tranquilidad se podían olvidar, Pero el rubio no estaba acostumbrado aún al ambiente "Post Guerra" el período en que el hacer las paces debía ser mucho más fácil que esos fatídicos años.

Pero no podían culparlo, él era simplemente Malfoy, metido en una cueva de pelirrojos, comelibros y ex compañeros de casas. Una completa locura.



¡Una Nueva Sección se avecina para el Blogg!

 ¡ASÍ ES! Una Nueva Sección se Avecina para el Blogg, ¿de qué se trata? Bueno, si eso es lo que quieren saber, entonces les presento la súpe...